En el ámbito de la transmisión de enseñanzas con semillas de sabiduría, tienen un lugar destacado los relatos e historias que, en su sencillez y brevedad, resultan siendo un vehículo adecuado para promover reflexiones en quien los lee o escucha.
Hemos sentido compartir en esta sección algunos de estos relatos desde el anhelo de que puedan ser una oportunidad para "detenerse" en el "Aquí y Ahora", así sea por unos instantes y adentrarse en ese saber que, sin percatarnos de ello, ya anida dentro de nosotros, como diría Platón.
H.T Elpizein, julio de 2021
Actualizado: octubre de 2022.
· Los Tres Cedazos ·
"Un día el sabio Sócrates se paseaba por Atenas cuando le abordó un amigo.
- Escucha, Sócrates, tengo algo que contarte; imagínate que nuestro amigo...
- Detente - le interrumpió el filósofo -; antes de continuar tu historia,
dime si has pensado en hacer pasar por tres cedazos lo que quieres decirme.
- ¿Qué cedazos ? - se asombró el otro.
- El primero es el de La Verdad ¿Puedes afirmar que tu relato es verídico?
- En realidad no estoy absolutamente seguro.
Lo oí contar a alguien que sostenía que....
-Lástima. Pero quizás tu historia podrá pasar a través del
segundo cedazo, el de La Bondad.
A falta de ser con seguridad veraz, lo que vas a contarme,
¿te lo ha inspirado el afecto o la admiración por nuestro amigo?
El otro empezó a sentirse molesto.
-No - admitió con desgana -mi historia no lo muestra bajo una buena luz.
-¡Lastimoso! - suspiró Sócrates. Por fortuna, contamos con el tercer cedazo.
¿Es de real Necesidad o Utilidad que me reveles lo que inquieta a tu lengua?
-A primera vista, no me pareció indispensable, pero....
-Perdona si te interrumpo, querido amigo, pero si lo que te preocupa
no es verdadero, ni bueno, ni útil o necesario,
¿qué ganamos tú relatándolo y yo escuchándolo?
Y tras estas palabras, Sócrates continuó sereno su paseo,
quedando reflexivo su interlocutor."
Una taza de té
«Nan-in, un maestro japonés que vivió en la era Meiji (1868-1912),
recibió a un profesor universitario que acudió a preguntarle acerca del Zen.
Nan-in le sirvió té. Vertió el líquido hasta llenar la taza del visitante y
siguió vertiéndolo.
El profesor contempló el té que se derramaba hasta que ya no pudo
contenerse.
–Está completamente llena. ¡No cabe una gota más!
–Al igual que esta taza –le dijo Nan-in–, usted está lleno de sus propias
opiniones y especulaciones.
¿Cómo puedo mostrarle lo que es el Zen a
menos que primero vacíe su taza?»
· Ediciones Epopteia · En busca de la Sabiduría del Corazón ·
Los contenidos que se proporcionan aquí no se pueden mostrar debido a su configuración de cookies actual.
Puede que este sitio web ofrezca contenido o funcionalidades que proporcionan terceros bajo su propia responsabilidad. Estos terceros pueden establecer sus propias cookies, p.ej. para hacer un seguimiento de la actividad del usuario o para personalizar y optimizar sus ofertas.
Este sitio web utiliza cookies para proporcionar una experiencia de usuario óptima a los visitantes. Ciertos contenidos de terceros solo se muestran si "Contenido de terceros" está habilitado.